[© Jaume Ferrer – 29 Dic 2012 | 14:02 h]
Antes
que nada quería agradecer todas aquellas oraciones y apoyos que me han servido
tanto y me han sido de ánimo en momentos en los cuales me he sentido triste,
solo, en momentos en los cuales necesité palabras de aliento.
Conocí
lo que era caminar en el valle de sombras y muerte hace unos años, cuando todo
en mi vida que yo creía era perfecto se desmorono con traiciones, mentiras,
reproches, desprecios y amenazas, y me vi envuelto en medio de un dolor
desgarrador donde las lágrimas eran gotas amargas.
Un
tiempo en el que me debatía entre si podía un matrimonio superar la crisis o
no, un tiempo en el que me sentía empujado a salir corriendo y dejarlo todo, un
tiempo en el que sentía que no podía más con tanta mentira, traición, decepción
y dolor.
Sin
saberlo el cielo de mi vida se nubló y me encontré inmerso en un mundo de color
negro en el que lo único que podía ver es como se alejaba lo que había querido
y el inmenso daño que se le causaba a un inocente que no pidió en ningún
momento estar en medio de todo.
De
repente desperté y me pregunté si había merecido la pena. Llore amargamente sin
parar y llegue a pensar: "Jaume de esta no sales". Y me repetí una y
mil veces que "no puedes vivir".
También
me pregunte si alguna vez me habían querido, amado...; Pero los pensamientos
parece que se los lleva el viento y dándome media vuelta comprendí que todo
tiene un final.
Salí
sin embargo de ese valle sombras y de dolor, pero me puse un escudo en el
corazón y me convertí en un hombre de hierro. Dije, "pasando lo que has
pasado Jaume, después de esa no hay tormenta que te arrastre, ni mujer, ni
nadie que te haga daño". Borre la palabra Amor de mi vocabulario. Me odie
a mi mismo, porque no solo perdí el amor, sino, porque ya no era capaz de Amar
a nadie más.
Pero
un día, de repente, ¡¡¡zas!!!, resurge desde lo más profundo del corazón, desde
el desván de los recuerdos, un sentimiento, esa decisión que estuvo ahí
"siempre" y me sorprendí a mi mismo preguntándome "¿qué me
pasa?". De repente note un cambio, me había cruzado con el Amor de Dios.
Mil
preguntas se amontonaron en la mente. Descubrí que podía Perdonar y Amar. Con
ello mi corazón empezó a palpitar y esa fiera que me dominaba desapareció de mi
vida, ya que en un mundo con amor no hay ningún peligro que me amedrente.
Por
ello en esos momentos negros en los que uno se encontraba al borde del abismo,
una pequeña llama empezó ha encender un fuego que daba luz a mi oscuridad y
algo en mi corazón me decía que había un camino a la verdad, a la solución, y
que ese camino estaba guiado por Dios quien podía ayudarme.
Busqué
en las enseñanzas que aprendí de pequeño y recordé los milagros que Dios hizo
en mi vida en el pasado. También recordé testimonios de personas que en mi
infancia y juventud pasaron por problemas y que fueron ejemplo para mi.
Tras
un primer tiempo de reflexión, leer en la palabra de Dios y tras asistir a
Celebremos la
Recuperación, abrí mis ojos enturbiados por las lagrimas y empecé
a entender que quien había compartido conmigo su vida durante 28 años tiene
ataduras generacionales y yo no conocía nada sobre esto. Además fue como una
respuesta de Dios a un clamor mío en un momento de búsqueda del verdadero rumbo
para mi vida.
Desde
ese día supe que mi única esperanza estaba en Dios, en su palabra y en la
oración, hablar con Él como hablas con un amigo o con tu Padre. ¡Que grande
es!: Yo era una persona que no oraba con frecuencia, que no me preocupaba por
buscar de Él y Él supo de qué manera mover mi corazón para mostrarme que era y
es mi única esperanza, mi única salida y lo UNICO que realmente necesito para
ser feliz.
Yo
había hecho de mi compañera de viaje un ídolo, llegué a amarla con alma, vida,
corazón, cuerpo y mente... ¿Te imaginas? y entonces con la crisis que culmino
en divorcio el Señor comenzó a mostrarme que yo estaba equivocado por el camino
que había andado en los últimos años.
Sé
que no pasará mucho tiempo para que yo esté contando las maravillas del Señor
en mi vida.
Le
prometí al Señor que contaría a diestra y siniestra sus obras en mi vida, que
proclamaría su grandeza y que ayudaría a todos a quienes pudiera ayudar a
confiar en Él y a buscarlo. Sé que la obra del Señor es tan maravillosa y
perfecta, que primero ha tratado conmigo desde hace casi 5 años ya, comenzó a
mover mi corazón, a inquietarlo...
Me
ha llenado de deseos de conocerlo y buscarlo y ha sanado y liberado áreas de mi
vida que ni pensé... Y yo ni me di cuenta cuando lo hizo... Ahora soy un hombre
más tranquilo, con paz y de nuevo con sueños y sobre todo objetivos. Se que aún
quedan algunas cosillas qué corregir, pero puedo decir con total sinceridad que
el Señor me ha transformado.
En
mi corazón hay perdón y amor. No miro al pasado, mis miras están en el presente
viviendo día a día sin preocuparme por el mañana porque el mañana ya traerá su
propio afán.
Además,
cada día disfruto de dos maravillosos regalos que Dios me ha dado: la vida que
me da con cada aliento y la promesa de la salvación con Él, así como mi hijo
Pau, todo un precioso regalo. Soy feliz y me encuentro contento por la preciosa
bendición que el Señor me ha dado con la vida de mi hijo Pau.
Bendigo
el día y la hora en la que Pau vino al mundo. Cada día me siento mas contento
porque mi hijo me hace sentir orgulloso. Ser padre, pese a las dificultades, es
lo mejor que me ha pasado Gracias a Dios. Además, tengo la fiel promesa del
Señor, que hoy que no tengo casa ni trabajo, me será restaurado y renovado, y
se que esa promesa se cumplirá pronto en mi vida. Pero mientras tengo que hacer
caso a la palabra fiel de Dios que dice:
"Nadie
te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; [...], estaré contigo; no
te dejaré, ni te desampararé.
Esfuérzate
y sé valiente; [...].
Solamente
esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley
[...]; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas
prosperado en todas las cosas que emprendas"...
"Nunca
se apartará de tu boca este libro de la ley (la Biblia), sino que de día y
de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él
está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Mira
que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque
Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".
(Josué
1:5-9)