domingo, 20 de noviembre de 2011

COMPAÑERO DE VIAJE

                            

Después de varios días en los que la soledad, el desasosiego, la tristeza y la preocupación han dominado todo mi ser, hoy viendo fotos de excursiones han venido a mi recuerdo la que realizamos el 9 de octubre de 2010 un grupo de amigos al temible Barranc de l'Infern, entre las poblaciones de  Vall de Laguar y Vall d'Ebo, donde se puede disfrutar de un precioso paisaje y donde se pude ver la grandeza de la creación de Dios.

Una excursión a la que también vino mi hijo Pau que se entusiasmo mucho pues es un amante del senderismo y del contacto con la naturaleza. En el momento del ascenso, ya de regreso a casa, tomamos una senda que se nos había dicho era más corta. Pau, con el ímpetu de sus 12 años, sin calcular los riesgos y peligros tomo dicho ascenso alejandose de mi, cosa que me alarmo e hizo que fuera tras de él con fuerza. De repente note un fuerte tirón en mi pierna derecha que dificultó mi ascenso hacia el camino que nos llevaría a casa y aún quedaba un buen trecho, solo habíamos empezado el ascenso.

Fue muy duro y doloroso. Gracias a Dios que Antonio estuvo conmigo en todo momento siendo mi compañero de viaje mientras el resto del grupo ascendió. Poco a poco, con dolores e incluso pasando por momentos de desanimo que me impulsaban ha abandonar el ascenso, seguía mi caminar y en esos momentos recordé las palabras de Dios: "... Yo estoy con vosotros todos los días" (Mateo 28:20). Hoy al clamar a Dios y abrir su palabra, ha venido a mi este pasaje el cual me ha hecho recordar lo vivido en dicha excursión y también lo que es nuestro caminar por la vida.

Nuestro viaje como no siempre es fácil y más cuando estamos dañados por alguna circustancia que atravesamos o hemos vivido. A veces, abandonar parece más sencillo que continuar por la senda escarpada con piedras, obstáculos y viendo como otros van por delante ya casi llegando a la cima donde espera el camino llano y recto que conduce hacia casa, hacia el descanso y la comodidad.

Al igual que me ocurrió a mi en el ascenso al Barranc de l'Infern, que cuando las cosas se complicaron pude descansar durante un tiempo y recuperar las fuerzas, y tuve ha alguien a mi lado para darme ánimos, así es el caminar por esta vida, pues tenemos el consuelo de contar con la presencia continua de Dios y su poder sustentador.

En la dificultad es donde los que hemos puesto la fe en Dios, recuperamos el aliento antes de seguir el ascenso. Y al igual que yo en mi caminar hacia la cima del barranco aprovechaba un pequeño recodo para descansar y poder cambiar de aire, de modo que pudiera seguir caminando unos kilómetros más; Dios también nos permite esos altos en nuestro caminar por la vida para que depositemos nuestra confianza en él quien nos sustentara de fuerzas, porque solo Dios sabe adónde nos llevará el camino. Él en dicho caminar nos sigue asegurando lo siguiente: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque yo tu Dios estaré contigo dondequiera que vayas" (Josué 1:9).

Esto no es una metáfora ni ninguna otra figura lingüística; ya que la vida consiste en "esforzarnos" y "ser valientes". Consiste simplemente en caminar con Jesús nuestro compañero y guía; Él es un compañero real. Tal y como yo tuve a Antonio en todo mi trayecto de ascenso del Barranc de l'Infern.

Recordemos que mientras recorremos el agotador camino de la vida, dejemos que Jesús lleve nuestra pesada carga. Recordemos que No pasa ni una hora en que el Señor no esté presente, ni un kilómetro sin que vaya con nosotros. Saber que Jesucristo está a nuestro lado hace que el viaje más llevadero.

“Encomienda a Dios tu camino, y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Dios, y espera en Él".

© Jaume Ferrer – [20 de Noviembre de 2011 | 15:26 hrs]
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sábado, 27 de agosto de 2011

EL TRANSISTOR


—Ya no funciona este transistor — le dije a mi amigo.

— No importa, ya comprarás otro — me respondió él.

Así que, apagado y desconectado de la luz quedó el transistor que durante muchos años estuvo en una esquina de la peluquería de mi abuelo. Eso me hizo pensar en la historia de ese Transistor!!!.

Érase una vez un transistor, que al principio no sabía lo que era, y sólo empezó a saberlo cuando sobre él se preguntó. Primero tuvo que dejar de pensar y sentir para darse cuenta de lo lleno que estaba de pensamientos y sentimientos dentro de él.

— ¡Claro! — pensó, de todas las emisoras que he sintonizado me he guardado algo de ellas dentro de mí, y me siento mareado y confundido y cansado…

Aprovechando la confusión y que estaba desenchufado, pensó hacerse una profunda auto-revisión. Le asustó el mero pensamiento de hacer algo tan nuevo…

Ardua tarea esta de revisarse y vaciarse a uno mismo sin poder distinguir entre lo que uno es y lo que se guardó de todas las sintonías hechas.

Aun así, el viejo transistor no cejó en su empeño. Quería volver a funcionar e iba a saber qué le pasaba. Gracias a estar apagado sintió algo sólo imaginado: silencio. A partir de ahí, observó simplemente…

Se daba cuenta de las personas a su alrededor, y que éstas hablaban, reían, lloraban… Gracias al estado de silencio decidido, apreció un importante detalle sobre sí mismo, y es que por el tiempo se había hecho a esas personas, a ese entorno, creyéndose a veces uno más de ellos, cuando sólo formaba una pequeña parte.

Se veía en esos instantes de reflexión viviendo una crisis de identidad, porque se daba cuenta de que había perdido el rumbo que marca la esencia y propósito real de su existencia.

El transistor continuó su búsqueda alentada desde el silencio. Veía que a veces los demás pasaban por su lado y lo miraban con desazón. Pensaba que todos esperaban de él lo mismo de siempre, pero no se daban cuenta del porqué real estaba así como estaba. Ni él mismo sabía explicarlo.
Esto, por momentos le hacía sentir solo. Se planteaba muy tentadoramente el volver a ser lo que era. Auto-enchufarse y volver a sonar. Casi lo necesitaba, pero la voluntad de seguir en silencio le hizo ver que estaba en el camino correcto, y que tal sendero, necesariamente, llevaría a algún lugar.

El silencio que se propuso le hizo notar mucho más todo lo que en él había. En momentos que se preciaban largos sentía y escuchaba ecos de retazos de programas del pasado; músicas, comentarios de toda índole que cuando él funcionaba como transistor había sintonizado.

Lo sorprendente es que el silencio fue una decisión preliminar que le hizo comprobar que no conocía el silencio verdaderamente. ¡Cuántas cosas vivas habían dentro de él...

— ¿Estaré loco? — se preguntaba. Siempre he estado aquí, y todo esto me ha pasado desapercibido.

Cuando no había nadie en la habitación podía estar más tranquilo y ordenar más sus ideas. Al no ver ninguna cara con el deseo de conectarlo, por una parte sentía soledad, por otra veía un horizonte famélico; pero siguió en su empeño de llegar más allá de todo esto.

Pasaron los días, las semanas y los meses, y progresivamente se sintió más claro para pensar, y esto le indujo a vivir lo que para él fueron sus mejores conversaciones consigo mismo:

— Fíjate — se decía… — Mi misión es sintonizar frecuencias y emitir limpiamente lo que dicen. Más no he estado haciendo esto solamente, porque muchas de esas emisiones me las quedaba, entorpeciendo esto la función de mi antena. Creo que soy el primer transistor que ha creado su propia personalidad, y esto ha hecho que emborrone el propósito de mi vida. —

— Deberé entender mi personalidad; pues no creo que esto haya surgido para obstaculizarme…—

— Ya veo más claro — pensaba y sonreía — siento como los humanos, pienso como los humanos, deseo como los humanos. Y todo esto se ha ido acumulando afectándome y alejándome de mi función principal. De ahí que llegara un momento que no me llegaran bien las ondas, y no respondía con certeza cuando movían mi dial. —

— Alguien, antes de apagarme por defectuoso, dijo que estaba ya viejo y había perdido el sentido de las ondas. Ahora que me veo, pienso que puedo ser mayor, pero nunca viejo, y además, nadie me ha estropeado sino yo mismo. —

El transistor, gracias a ir ordenando sus pensamientos, comprobó definitivamente que tenía personalidad como los humanos. Pensaba, deseaba y razonaba como ellos; pero se daba cuenta de que no era el mismo de antes; que incluso podía ser “mejor persona” que algunos humanos que ha visto, simplemente porque él ha decidido limpiarse de todo pasado, de toda sensación y pensamiento. Ya no almacenará nada más. Será solamente un transistor haciendo una doble función:

Por una parte, cumpliendo su cometido de transistor sintonizando aquello que le señala el dial. Por otra, cuando nadie le pide nada, él, con su nueva y reconocida personalidad, buscará aquellas señales de radio que más le gusten, y encontrará así el camino al encuentro de su propia afinidad.

Con ello, este transistor se hizo sabio, pues las reflexiones precedieron a comprender su función en la vida: sentirse libre cumpliendo su cometido y sentirse libre escuchando, aprendiendo y viviendo el fin que hay en cada ser.

Por todo ello este transistor se hizo sabio; además de sintonizar gran cantidad de emisoras, observaba y escuchaba a los seres humanos de su entorno, y de todo ello aprendía. De este aprender surgió un buen día la necesidad de convertirse en algo más funcional.

El viejo transistor se tiró y se compró un nuevo aparato, esta vez con radio, cd y conexión usb. No obstante nada perdió el transistor de sí, porque su conciencia estaba en esta nueva forma más moderna, con más opciones… Se sentía privilegiado de tener ese “nuevo cuerpo”. Pensaba que se lo había ganado, aunque lo suyo le había costado.

Qué tranquilo estaba, ¡solo porque no pensaba!, Él hacía simplemente de caudal, como lo hace el de un río por el que pasa el agua y éste no se queda ninguna gota de ella.

Así mismo hacía el transistor convertido a radio-cd, el cual dejaba pasar todo por él, manteniéndose limpio siempre, y así todo acorde al directo sin distorsión. La sensación de armonía hacía bello a “un simple aparato”.

Además de sus tareas de siempre, él, desde su conciencia, se puso a investigar las nuevas características: Observó que ahora tenía dos altavoces. La música sonaba mucho mejor así, y ambos canales servían para que ciertos sonidos de las notas apareciesen como más reales, como más envolventes.

Se dio cuenta de que la lucecita del estéreo se encendía cuando una emisora emitía así. Y para este tipo de emisión, debía estar él más dispuesto, porque necesitaba de mayor atención para la sintonía y propiciar así una mejor recepción. Así lo hizo y así de feliz estaba…

Siguió con sus pesquisas; esta vez con una parte que para él era toda una novedad: el cd y la usb.

Ahí, gracias a la profundidad del discernimiento adquirido, se dio cuenta de algo importante: y es que esto de poder grabar cualquier cosa, hace que la mente no sea necesaria para retener más que lo imprescindible. Le recordó este pensamiento a cuando como transistor, finalmente se estropeó y solo él supo el porqué…

Ahora, este aparato estéreo con cd y usb incorporado era verdaderamente libre porque partía de él. Hacía de puente entre el emisor y el receptor, pero lo hacía bien porque entendió que él era una conciencia. Sí, eso que los humanos buscan tan afanosamente pero no llegan a descubrir casi nunca.

A partir de cuando sospechó de lo que era, fue cuando se dedicó a descubrir más allá de esa personalidad que el tiempo había creado, y que él mismo pensaba como la única verdad del sentido de su existencia. Solo así comenzó la eterna aventura fuera de la rueda del infortunio.

© Jaume Ferrer – [28 de Agosto de 2011 | 09:07 hrs]
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viernes, 26 de agosto de 2011

UN REGALO DE LO ALTO




Hoy me he despertado con las fuerzas y los ánimos decaídos. Sinceramente, muy decaídos. Llevo un tiempo esperando respuestas y el silencio es lo único que me acompaña. Al menos ese es mi parecer… Pero lo cierto es que tras leer en Santiago 1:17, “Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en Él no hay variaciones ni oscurecimientos”; me he dado cuenta que pese a estar atravesando el desierto, soy muy afortunado porque he recibido y recibo muchos regalos de lo alto. Por ello me he puesto delante de la pantalla para escribir lo que ha sido y es mi vida en estos últimos tiempos.

Mi peregrinaje comenzó un 4 de mayo de 2008 en medio de las dificultades matrimoniales, la separación y el divorcio. Lo cierto que durante todo este tiempo hasta llegar el momento actual ha sido difícil ver los regalos de Dios en estas pruebas. He de confesar que para mí el divorcio ha sido mi peor pesadilla, el problema más grande y grave al que me he enfrentado en mis más de 40 años de vida.

Nací en el seno de una familia cristiana donde mi padre y mis abuelos paternos eran evangélicos. A los 11 años di público testimonio de fe y aceptar a Jesús como mi salvador personal, a los 14 me bautizaba. Según fui creciendo pensaba que era un cristiano comprometido ya que estaba en las actividades de los jóvenes de mi iglesia: coro, teatro, campañas de evangelización, entre otras actividades. También tuve mis luchas espirituales, especialmente cuando inicie mi noviazgo con la mujer que después sería mi esposa por 14 años.

Hoy tras lo vivido en los últimos tiempos puedo decir que no estaba tan comprometido con el Señor como yo creía, era más un cristiano tibio que al dejarse deslumbrar por las luces de neón del mundo y ver la paja en ojo ajeno me alejé del Señor. Quise derrochar la herencia que Dios me había otorgado.

Pasaron los años, Dios me bendijo con un precioso hijo, y llegó un momento en mi vida en el que debía tomar una decisión en firme. Debía comprometerme de verdad. Ese momento llego cuando un buen día después de trabajar me encontraba dentro de mi coche a punto de irme para casa. Tras realizar un rápido y breve inventario de mi vida, mejor dicho de mis últimos 10 años, me di cuenta que Dios había estado bendiciéndome en todo momento (desde que nací), pero yo cada vez me había alejado más de Él.

Como fruto de ese alejamiento estaba mi gran soberbia, egoísmo, crítica, ira, falta de amor al prójimo entre otras cosas como el gran apego a las cosas materiales. Con lagrimas en los ojos “Clamé a Dios” que cambiara mi vida, que le diera “un sentido un orden”, y sobre todo que mi hijo tenía que conocer a Dios y poder decidir en un futuro si quería ser salvo o no.

Paso el tiempo de aquel momento de reflexión. Yo continué con mi vida habitual de los últimos años pero una buena mañana de primeros de mayo todo Explotó frente a mí. El mundo de vanidad en el que vivía se desmoronó. He de confesar que en ese momento Yo No Busque a Dios, fue Dios quien Vino a Buscarme. Aunque yo di el paso de clamar a Dios, Él era quien me estaba llamando. Él me estaba diciendo “coge mi mano, sígueme Yo Te Amo”.

Ese día, la que era mi compañera de viaje por esta vida, mi esposa me decía que quería divorciarse. Yo me quede sin palabras. Pasados unos minutos y estando en la soledad de mi despacho mande un SMS a mi amigo Daniel pidiendo que orase por mí. Después me postre delante de DIOS, le clame, le pedí perdón por haber pecado, aún sigo pidiéndole que me perdone por ser un pecador.

Sinceramente las horas, los días, las semanas y los meses en aquellos momentos fueron transcurriendo lentos, con dolor, amargura y muchas lágrimas. Me hacía muchas preguntas. Algunas respuestas fueron muy preciosas ya que me reencontré con una iglesia que me volvió ha acoger como el padre y la madre acogen a su hijo perdido. ¡GRACIAS! le doy a esa gran familia, mi iglesia, por abrazarme con su amor. Unos pastores que me aconsejaron para poner orden a mi vida espiritual y personal. Y unas amistades que nunca se fueron, siempre estuvieron ahí entregándome su amor incondicional.

Hoy al reflexionar sobre todo lo que me ha ocurrido en estos más de tres años de peregrinaje por el desierto y pese a que los problemas siguen ahí, he de reconocer y confesar que Dios usó la desintegración de mi familia como el catalizador para acércame a Él. Y no solo eso, sino que también ha servido para que mi hijo Pau que No conocía al Señor, hoy lo conoce, sabe de su Amor y se por Fe que Dios tiene un gran Plan previsto para Pau, como también lo tiene para mí.

Sinceramente Yo estaba hundido y desconcertado, sin ningún lugar a la vista, excepto el Señor y en la Oración. Él amablemente escuchó mi oración y me ha apoyado a través de todo este tiempo. Dios me ha enseñado muchas cosas, me está moldeando y dando más fuerza a mí Fe.

Este es un período de preparación para lo que vendrá, pero he de reconocer que con mi divorcio he roto las cadenas que me habían esclavizado al mundo: esposa, personas, trabajo, dinero, posición, poder, entre otras cosas. ¡Hoy soy libre! porque Jesús me ha liberado. Se que mi carrera de fondo aún no ha terminado, en el camino encontraré obstáculos, también habrá oasis… Pero se que en todo ese caminar DIOS estará y está conmigo.

Dios me dio un regalo en la separación. Me enseñó que todo lo que realmente se necesita en la vida es a Él. En su misericordia, Él me preparó para la vida sin mi esposa. Me enseña día a día a ser padre. Él ha utilizado mi experiencia para que pueda ayudar a otros ha hacer frente a situaciones similares. Es difícil ver la mano de Dios en medio de la angustia, pero Él está trabajando por el bien de sus amados hijos, la vida eterna a través del sacrificio de salvación de su hijo.

“En mi angustia invoqué al SEÑOR, y clamé a mi DIOS; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos”. (Salmo 18:06)

Al preguntarme ¿qué hacer con mi vida? cuando Dios me pide que sea más dependiente de Él, o ¿qué áreas de mi vida necesito rendir más plenamente a Dios?; de nuevo la respuesta fue y es que Dios puede usar incluso las cosas malas que me ocurren para mi bien último.

“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito”. (Romanos 8:28)

Hoy un día más, ante mi debilidad, le pido a Dios que derrame su gracia infinita sobre mí. Busco la voluntad de Dios en las pruebas que tengo que afrontar. Obedientemente rindo mi vida y todas mis preocupaciones a Su cuidado amoroso.

Soy consciente que no es fácil. Satanás está ahí intentando hacer que los pájaros del miedo, el desanimo, el engaño, la carne, la mentira, el orgullo y la soberbia, entre otros aniden en nuestra mente. ¡No hay que permitirlo!... Por eso busco en la palabra de Dios que me dice:

“Decid a los de corazón tímido: Esforzaos, no temáis. He aquí, vuestro Dios viene con venganza; la retribución vendrá de Dios mismo, más Él os salvará. Entonces se abrirán los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán”. (Isaías 35:3-5)

Este es breve resumen y humilde testimonio de alguien que sigue andando por el camino estrecho. Un camino que según se anda se aprende ha Amar a Dios, Depender de Él, Contentarse con lo que se tiene y Esperar en Él para que cuando se llegue a la meta poder decirle CARA A CARA, ¡Gracias Padre por perdonarme y salvarme!. No me lo merezco, pero por la gracia de tu hijo Jesús hoy soy Salvo y estoy ante ti. TE AMO DIOS MIO!!!. © [Jaume Ferrer]

viernes, 12 de agosto de 2011

ESPERO CONTAR CON VUESTRA COMPLICIDAD



Hola a tod@s
Hoy a solo siete días de cumplir medio siglo de existencia me he decidido a dar el paso y sumarme a los pasos de muchos amig@s y gente genial, y después de haber escrito artículos, crónicas, noticias o guiones desde hace años, quier escribir y compartir mis pensamientos, sentimientos, opiniones o inquietudes.

Intentaré y prometo intentar escribir y actualizar este blog todos los días. Algunos de los escritos que aporto en el blog ya tienen su tiempo dado que en mi intimidada yo ya escribía mis pensamientos, opiniones o pensamientos.
Esta bitácora es la primera de muchos (espero). Espero contar con vuestra complicidad.

Para empezar diré que vivo a la orilla del Mediterráneo. Como hijo de pescador, me encanta todo lo que tenga que ver con el mar. Y como nieto de peluquero en donde mientras los clientes se cortaban el pelo o afeitaban hablaban de política, de fútbol, cine, todos entre otras cosas. Es de ahí donde nació en mi el querer informar y contar las cosas que pasaban a mi alrededor.
Quiero comenzar esta andadura como bloguero con alguno de esos escritos que ya hice en su momento.

UNA MIRADA AL INTERIOR

Esto lo escribí hace ya unos años y hoy revisando mis notas me lo he encontrado. Sigo pensando lo mismo que entonces.  H oy al mi...