El
año 2013 poco a poco se está despidiendo, vivimos los días previos a una nueva
Navidad y los comercios los aprovechan al máximo para que la gente consumamos. Es
la fiebre consumista por adquirir un regalo.
En
la radio, la televisión… todo es publicidad que nos habla de Papa Noel, Santa
Claus… personaje que yo personalmente no se cuando surgieron y que realmente
nada tienen que ver con el verdadero sentido de la Navidad.
Entre
compras de regalos, las invitaciones y el consumo de comida en abundancia, pese
a la crisis que vivimos, los preparativos muchas veces de la Navidad se convierten en
un gran factor de estrés.
Pero
si nos paramos a reflexionar, que triste es que muchos cristianos nos veamos inmersos
en esta vorágine del mundo sin detenernos ni siquiera a pensar en que Navidad
es: JESÚS.
Por eso esta mañana mientras estaba haciendo mi devocional me he parado a reflexionar sobre la persona más importante de la historia y de
En
el Antiguo testamento encontramos más de 300 referencias al
Mesías, las cuales fueron todas cumplidas en JESÚS alrededor de 450 años
después. Este hecho autentifica Su deidad.
Una
de estas profecías la encontramos en Isaías 7.14: “Por tanto, el Señor
mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y
llamará su nombre Emanuel”.
Su
cumplimiento lo encontramos en Mateo 1:23, “He aquí, una virgen concebirá y
dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios
con nosotros”.
Y
en esto hoy me enfocado.
Es
por ello que en esta Navidad y en todas las Navidades debemos pararnos a
recordar y festejar esta realidad. “DIOS está en nosotros”. Y sobre todo no
olvidemos que Él es el homenajeado.

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