A
veces me pregunto ¿quién le habrá dado ese sobrenombre al acto sexual?.
El
amor se hace día a día. Si me apuráis, minuto a minuto, con detalles,
atenciones, preocupaciones y a veces hasta con corajes.
Hacer
el amor no es tener sexo, es llenar el alma de vida, sentimientos y
felicidad a pesar de estar atravesando una tormenta.
Hacer
el amor es cuando la enamoras, le quitas los defectos y le tocas el alma con la
fidelidad, la humildad y la esencia de ser uno mismo. Porque cuando amas a una
persona le quitas los defectos, ignoras sus errores, y le otorgas algo muy
valioso, un lugar en el corazón.
Hacer
el amor es despertarse cada día con una sola persona en la mente. Hacerla
feliz, cuidarla, sacarle lágrimas pero de felicidad. Hablarle con dulces
palabras, con el alma y darle prioridad.
Hacer
el amor, si es verdadero amor, no se reduce a lo físico. No se manifiestas en
el deseo de acostarse con la otra persona.
Hacer
el amor, el verdadero amor, es la aceptación de todo lo que la otra persona es,
de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es.
Amor
y sexo cada uno tiene su concepto y su manera de percibirlo.
© Jaume Ferrer – [Lunes, 08 de Agosto de 2016 | 07:30 hrs]
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