lunes, 27 de abril de 2020

UNA MIRADA AL INTERIOR


Esto lo escribí hace ya unos años y hoy revisando mis notas me lo he encontrado. Sigo pensando lo mismo que entonces. 

Hoy al mirar el retrovisor de la vida han venido a mi mente un sin fin de vivencias. Pero al observar a mi hijo mientras dormía he visto que todavía hay paginas que escribir en este libro de la vida.

Mientras en el hospital veía a gente diversa tomarse la vida de diferentes formas, por mi mente cuando observaba a un anciano en su silla de ruedas esperando su turno han pasado un gran número de reflexiones.

Una de esas reflexiones que ha martilleado mi mente es que al llegar a la vejez, No pretendo ser perfecto, pero sí quisiera ser un viejo que no saque de quicio a todo el mundo, que no exaspere a los demás.

Al llegar a la ancianidad, No aspiro a ser un santo, pero sí quisiera ser un anciano que no se crea infalible, ni viva de quejas y temores.

No interferir en el camino de la juventud siempre con una censura y un repudio.

Pero esencialmente, No pretendo cambiar a estas alturas mis patrones de vida, pero sí convertir los años en espíritu y que fluya la dulzura; convertir las canas en acierto y que fluya el consejo; convertir las arrugas en sonrisas y reflejar lo que llevo dentro.

No quisiera brillar en el mundo, pero sí quisiera desde mi sillón de soledad dar alguna claridad y en silencio deseo ser un faro que no apague su luz. Y al mismo tiempo, Ser una barca en retirada llena de gaviotas, de historia, de relatos, de recuerdos que hablen, de miradas que descubran, de hechos que hagan pensar.

Y cuando los años vayan pasando, No quisiera desperdiciar la vejez. No mirar los años con miedo, dándoles a estos últimos un profundo sentido, porque son el espacio final para movernos y el momento irrepetible para la realización completa.

No quisiera hacer de la vejez un lastre y una insignificancia, sino una sombra que fue luz, un árbol que fue fruto y un camino que fue huella. No vivir en la oscuridad como algo inservible, sino pararme delante de una estrella para morir iluminado.

© Jaume Ferrer – [14 de Julio de 2014 | 13:45 horas]

domingo, 26 de abril de 2020

EL TIEMPO NO SE DETIENE NI ESPERA POR NADIE



© ¡ Qué tal! ciudadan@s de un lugar llamado Mund🌎... 

El tiempo no se detiene ni espera por nadie, aunque estemos de cuarentena. Por ello vemos cómo se va consumiendo este mes de abril. 

Escuchamos hablar en las noticias sobre salir del confinamiento, que será de forma gradual. 

Hay gobiernos que señalan ser ellos los más adecuados por tener menos contagiados y por tener mejores condiciones. 

Lo cierto, en mi humilde opinión, es que: El mundo no es de quien despierta más temprano, ni de quien sea primero en esto o aquello, si no que es de quien camina con un propósito, buscando un bien común, con amor. 

Así que no detengamos nuestra vida por pequeñeces. No volveremos a ser los mism@s. Así que es momento para un cambio, para tener más empatía y prestar más atención a la vida. 

¡Feliz vida... feliz día a tod@s!...

© Jaume Ferrer – [26 de Abril de 2020 | 13:33 hrs]



jueves, 23 de abril de 2020

MEMORIAS DE UN CONFINAMIENTO


© Hola ciudadan@s de un lugar llamado Mund🌎... ¿Recordáis donde estabais hace unos meses y como era vuestro día a día?. 

Yo me estaba recuperando de una operación de corazón y todas las tardes compartía un tiempo precioso con mi hijo. Además, planeaba con mucha ilusión las nuevas ideas para poner en marcha en mi vuelta al trabajo. 

Me incorporé el 2 de marzo al trabajo y el 14 de marzo llegaba el estado de alerta por el Covid-19 y con ello el encierro en casa.  Bueno, ¿qué tal lleváis vosotros el confinamiento?. 

Hoy se cumplen ya 40 Días. Vivimos un tiempo histórico, unos días en los que la pandemia nos ha obligado a tod@s a permanecer encerrados en casa y, de esta forma, escribir entre tod@s la Historia. 

Es por ello que llevo días pensándolo y hoy os quiero animar a que entre tod@s compartamos nuestras experiencias en estos días a través de la propuesta “Memorias de un confinamiento”.

Poco a poco vamos viendo la luz al final del túnel. Este virus lo paramos entre tod@s junt@s. En este sentido, os invito a participar en esta iniciativa y podéis compartir aquí, cada día, vuestras vivencias, pensamientos, reflexiones personales a través de relatos o diarios, fotos, vídeos o audios.

¡A ver quien se anima!. Puede ser una buena terapia y al final entre todos podemos hacer el Diario de un Confinamiento.

sábado, 18 de abril de 2020

UN REMEDIO EN TIEMPOS DE VIRUS


Por medio de un solo hombre (Adán) el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entro la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron“[Romanos 5:12]

Vivimos un tiempo de confinamiento donde todo el mundo habla del Covid-19, un virus que ha traído muerte pero muchos son los contagiados que sobreviven, que sanan; así como vemos el esfuerzo de sanitarios y científicos, también otros colectivos que luchan por ganar esta guerra, que algunos la han denominado ya como la Tercera Guerra Mundial, sin armas.

Los gobernantes del planeta intentan poner solución a los estragos tanto sanitarios como económicos que este virus está ocasionando. Algunos quieren señalar culpables, otros acusan o critican que no se han hecho ni se están haciendo las cosas bien.

La gente en general, los hay quien están pendientes o consumen vorazmente las noticias sobre esta pandemia. Otros intentan evadirse de la situación como si la cosa no fuera con ellos. Y los hay quienes buscan sacar partido del mal de todos.

En este 2020, en pleno siglo XXI, el ser humano sigue igual que en tiempos de Jesús. Hoy al igual que entonces existe un virus mucho más peligroso que el Covid-19. Es mucho más devastador. Infecta a cada ser humano, lo quiera o no: ¡es el pecado!.

Este virus mortal contaminó a Adán y Eva, y con ellos infectó a la humanidad entera, una generación tras otra. Cada ser humano está contaminado y puede ver múltiples síntomas de ello en su propia vida.

Algunos pueden parecer benignos como la mentira, la burla, los celos; otros parecen más graves: el hurto, el asesinato, la corrupción moral, etc. Pero todos tienen el mismo origen y conducen al mismo fin fatal: la muerte. Por medio de un solo hombre (Adán) el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entro la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron“. [Romanos 5:12]

La muerte destruye al cuerpo, pero el alma subsiste ante Dios, y el que no crea a Dios, sufrirá la segunda muerte” [Apocalipsis 20:14], es decir, el eterno alejamiento de Dios.

Estos días estamos en plena guerra por encontrar un remedio que venza esta pandemia. La gente está muy pendiente de las noticias sobre si pronto habrá un remedio para el coronavirus. El temor está en muchas personas por las muertes que se producen y los afectados por el virus.

Pero hoy, como en tiempos de Cristo hay una Buena Noticia que todos debemos saber: Dios es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias” [Salmo 103:3].

Dios como creador y padre ama a la humanidad por ello dio el único remedio eficaz para sanar y escapar del juicio de la segunda muerte, es la sangre preciosa” [1 Juan 1:7] de su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. [Juan 3:16]

Hoy Dios sigue diciendo a la humanidad no tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa”. [Isaías 41:10]

Por ello, hoy en medio del encierro es tiempo de abrir de par en par las puertas a Cristo. De abrir a su potestad salvadora los confines de los estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la sanidad, de la cultura, de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis miedo!, Cristo conoce lo que hay dentro del hombre”. Solo Él lo conoce.

© Jaume Ferrer – [18 de Abril de 2020 | 18:43 hrs]

miércoles, 15 de abril de 2020

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE TIEMPO? (II)



Mateo 11:28-30: “Venid a mí ….y aprended de mí”

Al igual que exclamó hace 2000 años, hoy Jesús sigue diciendo a la humanidad, a ti y a mi: –"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera"–.

Al igual que hizo en tiempos de Abraham, de Moisés, de David, de Pablo, entre otros; Dios hoy nos sigue hablando a sus hijos, a la humanidad. Él nos sigue ofreciendo su amistad y amor.

En estos días que llevamos de confinamiento y lucha contra el Covid-19, la buena comunicación fortalece las amistades. Dios nos invita a hablar con él para que seamos sus amigos. Él nos dice: "Vosotros ciertamente me llamareis. Vendréis y oraréis a mí, y yo ciertamente os escucharé" (Jeremías 29:12).

A medida que hablemos con Dios, nos acercaremos a él, "Acercaos a Dios, y él se acerará..." a nosotros (Santiago 4:8). La Biblia promete: "Jehová está cerca de todos los que lo invocan, a todos los que le invocan de verdad" (Salmo 145:18). Cuanto más le oremos, más estrecha será nuestra amistad con él.

Ante los escépticos sobre la eficacia de la oración, la ciencia es imprescindible en estos casos, pero la oración es la herramienta que obra lo imposible. Es bueno que descubramos nuestra vulnerabilidad y fragilidad, porque nos sirve para pedir ayuda a quien todo lo puede, que es Dios: "si se humilla mi pueblo sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra" (2 Crónicas 7:14).

Cuántas cosas hemos superado en la historia de la humanidad gracias a la oración. Hay que orar en tiempos de dolor y enfermedades, así como en tiempos de alegría cuando estos lleguen, por que Dios tiene el control. Él nos ofrece su amistad, una relación intima y personal, pues él es fiel.

Ahora, en este tiempo de encierro en casa, orar en familia es la mejor opción. Hay muchas ventajas de orar en familia, y es bien importante porque de esa manera se educa a nuestros hij@s a tomar en cuenta a Dios, a respetar a Dios, a temer a Dios, a honrar a Dios. La lista es interminable de las ventajas e importancia de orar en familia, orar juntos.

La Biblia nos dice que hay tiempo para todo y cuando oramos nos referimos a ese tiempo específico que se dedica a nuestro Señor Jesús y acercarnos a él a través de la oración, para leer la Biblia y pedir juntos como familia por las bendiciones y peticiones que tengamos, y lo hacemos por el gran amor que le tenemos.

Además nos ayuda a fortalecer los lazos familiares, a enriquecer la comunicación con nuestra pareja y los hij@s, al igual que ayuda al crecimiento espiritual como grupo familiar, y es el mandato de Dios que instruyamos a nuestros hijos, y a toda la generación, y descendencia en el camino del Señor. "Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo no se apartará de él" (Salmo 145:18)

Nunca los padres lo habíamos tenido más fácil para enseñar a nuestr@s hij@s valores humanos que son cristianos, como el orden, la austeridad, la paciencia, la comprensión, el perdón o el amor. Pero también la relación con Dios. Es un momento para inculcarles la cercanía con Dios, siempre presente.

De esta crisis sanitaria podemos extraer lecturas positivas, como la posibilidad de morir con Cristo para luego resucitar junto a Él. O sea, renunciar a nosotr@s mism@s, lo cual es antecedente de la cruz, para luego permanecer con Cristo crucificad@s; de tal manera que él sea quien tenga vida en nosotr@.

Si vivimos este tiempo en oración, con alegría, buen humor, espíritu de generosidad, pendientes de los demás e incorporamos a Dios en nuestras vidas, resucitaremos pese a las dificultades.

© Jaume Ferrer – [15 de Abril de 2020 | 07:05 hrs]

martes, 14 de abril de 2020

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE TIEMPO? (I)



Sin duda, la alerta sanitaria provocada por el coronavirus nos ha cogido a todos desprevenidos, incluido a representantes políticos, científicos, expertos, entre otros.

Nadie fue consciente de la dimensión del problema, lo que ha motivado que algunas de las medidas se tomaran tarde. Esto ha generado una cierta frustración en buena parte de la población, que se pregunta con frecuencia, ¿Cómo es posible que Dios nos haya traído esta pandemia?.

Existen hechos que Dios no puede explicar. Si hay algún sentido a lo que está pasando, como cualquier sufrimiento o injusticia en el mundo como podría ser el hambre, la pobreza o las guerras, está en la Cruz. Dios permitió que su hijo muriera crucificado.

Detrás de cualquier crisis y ahora en esta del coronavirus se esconde un plan de Dios que supondrá un bien mayor, pero que el común de los mortales no alcanzan a comprender. El Señor nunca abandona a su pueblo.

Pese a su apariencia ausente, Él está presente. Es el momento de vivir la fe y la esperanza. Como bien dice la Biblia, Dios, pese a permitir que su hijo sufriera en la cruz, nunca le abandonó.

Hoy como siempre tenemos una línea directa de comunicación con Dios, se llama Orar, hablar con Él sin intermediarios. Esto significa dirigir el corazón a Dios; cuando una persona ora, instaura con Él una relación viva. Como vemos en la Biblia, Jesús dio a la oración una gran importancia. Él comenzaba sus días conversando con el Padre y aprovechaba cualquier oportunidad para invocar la presencia y el poder de Dios.

A veces oraba solo: “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35) y en otras ocasiones acompañado: “Luego quitaron la piedra, y Jesús alzó los ojos arriba y dijo: —Padre, te doy gracias porque me oíste. Yo sabía que siempre me oyes pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado” (Juan 11:41-42).

Oraba antes de comer: “Y sucedió que, estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo y les dio” (Lucas 24:30), y después de sanar: ”Aconteció que, estando Jesús en una de las ciudades, he aquí había un hombre lleno de lepra. Él vio a Jesús y, postrándose sobre su rostro, le rogó diciendo: —Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: —Quiero. ¡Sé limpio!. Al instante la lepra desapareció de él. Y Jesús le mandó que no se lo dijera a nadie; más bien, le dijo: —Ve y muéstrate al sacerdote y da por tu purificación la ofrenda que mandó Moisés, para testimonio a ellos. Sin embargo, su fama se extendía cada vez más y se juntaban a él muchas multitudes para oírlo y para ser sanadas de sus enfermedades. Pero él se apartaba a los lugares desiertos y oraba” (Lucas 5:12-16).

La oración tenía un lugar especial en la vida de Jesús. La Oración es la mejor terapia para que el temporal amaine.

© Jaume Ferrer – [14 de Abril de 2020 | 07:45 hrs]

lunes, 13 de abril de 2020

DÍA MUNDIAL DEL BESO



© ¡Hola!, ciudadan@s de un lugar llamado Mundo. Comenzamos esta cuarta semana de encierro. 

Es 13 de abril y se celebra el Día Mundial del Beso, fecha que surgió a raíz del beso más largo de la historia, que duró 58 horas 35 minutos y 58 segundos. 

Sin duda, el beso es la manera más universal de expresar nuestros sentimientos.

Much@s aprovechan este día para felicitar a sus parejas, amig@s y seres queridos.

En estos días en pleno confinamiento por la crisis del coronavirus, no tenemos más remedio que mandar a muchos familiares y amigos, o la persona amada,  besos desde la distancia. Y, cómo no, las redes sociales han vuelto a ser el vehículo perfecto para mandar cariño.

Hoy es un día ideal para recordar que hay que besar mucho más y no tener miedo a demostrar el cariño que sentimos por los demás.

De momento conformémonos de hacerlo de forma virtual y en el momento que podamos hacerlo físicamente acordémonos de dar ese beso pero acompañado de un fuerte abrazo.

Salir a la calle alborozadamente
tras días de encierro mirando desde la ventana.
Volaran aquellas horas
que nos devolverán mirarnos frente a frente,
de sonreír con el alma entera,
y nuestras mejillas sonrojadas por la alegría
sentirán ese beso de cariño, amor, de felicidad
por volver a estar juntos.
No será un sueño, será una realidad”.

¡Feliz vida, feliz Día del Beso a tod@!. Ah, cuando nos veamos, bésame; prometo besarte yo también a ti.

© Jaume Ferrer – [13 de Abril de 2020 | 12:45 hrs]



UNA MIRADA AL INTERIOR

Esto lo escribí hace ya unos años y hoy revisando mis notas me lo he encontrado. Sigo pensando lo mismo que entonces.  H oy al mi...