sábado, 18 de abril de 2020

UN REMEDIO EN TIEMPOS DE VIRUS


Por medio de un solo hombre (Adán) el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entro la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron“[Romanos 5:12]

Vivimos un tiempo de confinamiento donde todo el mundo habla del Covid-19, un virus que ha traído muerte pero muchos son los contagiados que sobreviven, que sanan; así como vemos el esfuerzo de sanitarios y científicos, también otros colectivos que luchan por ganar esta guerra, que algunos la han denominado ya como la Tercera Guerra Mundial, sin armas.

Los gobernantes del planeta intentan poner solución a los estragos tanto sanitarios como económicos que este virus está ocasionando. Algunos quieren señalar culpables, otros acusan o critican que no se han hecho ni se están haciendo las cosas bien.

La gente en general, los hay quien están pendientes o consumen vorazmente las noticias sobre esta pandemia. Otros intentan evadirse de la situación como si la cosa no fuera con ellos. Y los hay quienes buscan sacar partido del mal de todos.

En este 2020, en pleno siglo XXI, el ser humano sigue igual que en tiempos de Jesús. Hoy al igual que entonces existe un virus mucho más peligroso que el Covid-19. Es mucho más devastador. Infecta a cada ser humano, lo quiera o no: ¡es el pecado!.

Este virus mortal contaminó a Adán y Eva, y con ellos infectó a la humanidad entera, una generación tras otra. Cada ser humano está contaminado y puede ver múltiples síntomas de ello en su propia vida.

Algunos pueden parecer benignos como la mentira, la burla, los celos; otros parecen más graves: el hurto, el asesinato, la corrupción moral, etc. Pero todos tienen el mismo origen y conducen al mismo fin fatal: la muerte. Por medio de un solo hombre (Adán) el pecado entró en el mundo, y por medio del pecado entro la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad, porque todos pecaron“. [Romanos 5:12]

La muerte destruye al cuerpo, pero el alma subsiste ante Dios, y el que no crea a Dios, sufrirá la segunda muerte” [Apocalipsis 20:14], es decir, el eterno alejamiento de Dios.

Estos días estamos en plena guerra por encontrar un remedio que venza esta pandemia. La gente está muy pendiente de las noticias sobre si pronto habrá un remedio para el coronavirus. El temor está en muchas personas por las muertes que se producen y los afectados por el virus.

Pero hoy, como en tiempos de Cristo hay una Buena Noticia que todos debemos saber: Dios es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias” [Salmo 103:3].

Dios como creador y padre ama a la humanidad por ello dio el único remedio eficaz para sanar y escapar del juicio de la segunda muerte, es la sangre preciosa” [1 Juan 1:7] de su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. [Juan 3:16]

Hoy Dios sigue diciendo a la humanidad no tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa”. [Isaías 41:10]

Por ello, hoy en medio del encierro es tiempo de abrir de par en par las puertas a Cristo. De abrir a su potestad salvadora los confines de los estados, los sistemas económicos y los políticos, los extensos campos de la sanidad, de la cultura, de la civilización y del desarrollo. ¡No tengáis miedo!, Cristo conoce lo que hay dentro del hombre”. Solo Él lo conoce.

© Jaume Ferrer – [18 de Abril de 2020 | 18:43 hrs]

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