Mateo
11:28-30: “Venid a mí ….y aprended de mí”
Al
igual que exclamó hace 2000 años, hoy Jesús sigue diciendo a la
humanidad, a ti y a mi: –"Venid a mí
todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad
con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y
encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi
carga ligera"–.
Al
igual que hizo en tiempos de Abraham, de Moisés, de David, de Pablo,
entre otros; Dios hoy nos sigue hablando a sus hijos, a la humanidad.
Él nos sigue ofreciendo su amistad y amor.
En
estos días que llevamos de confinamiento y lucha contra el Covid-19,
la buena comunicación fortalece las amistades. Dios nos invita a
hablar con él para que seamos sus amigos. Él nos dice: "Vosotros
ciertamente me llamareis. Vendréis y oraréis a mí, y yo
ciertamente os escucharé" (Jeremías 29:12).
A
medida que hablemos con Dios, nos acercaremos a él, "Acercaos
a Dios, y él se acerará..." a nosotros (Santiago
4:8). La Biblia promete: "Jehová está
cerca de todos los que lo invocan, a todos los que le invocan de
verdad" (Salmo 145:18). Cuanto más le oremos, más
estrecha será nuestra amistad con él.
Ante
los escépticos sobre la eficacia de la oración, la ciencia es
imprescindible en estos casos, pero la oración es la herramienta que
obra lo imposible. Es bueno que descubramos nuestra vulnerabilidad y
fragilidad, porque nos sirve para pedir ayuda a quien todo lo puede,
que es Dios: "si se humilla mi pueblo
sobre el cual es invocado mi nombre, si oran y buscan mi rostro y se
vuelven de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos,
perdonaré sus pecados y sanaré su tierra" (2
Crónicas 7:14).
Cuántas
cosas hemos superado en la historia de la humanidad gracias a la
oración. Hay que orar en tiempos de dolor y enfermedades, así como
en tiempos de alegría cuando estos lleguen, por que Dios tiene el
control. Él nos ofrece su amistad, una relación intima y personal,
pues él es fiel.
Ahora,
en este tiempo de encierro en casa, orar en familia es la mejor
opción. Hay muchas ventajas de orar en familia, y es bien importante
porque de esa manera se educa a nuestros hij@s a tomar en cuenta a
Dios, a respetar a Dios, a temer a Dios, a honrar a Dios. La lista es
interminable de las ventajas e importancia de orar en familia, orar
juntos.
La
Biblia nos dice que hay tiempo para todo y cuando oramos nos
referimos a ese tiempo específico que se dedica a nuestro Señor
Jesús y acercarnos a él a través de la oración, para leer la
Biblia y pedir juntos como familia por las bendiciones y peticiones
que tengamos, y lo hacemos por el gran amor que le tenemos.
Además
nos ayuda a fortalecer los lazos familiares, a enriquecer la
comunicación con nuestra pareja y los hij@s, al igual que ayuda al
crecimiento espiritual como grupo familiar, y es el mandato de Dios
que instruyamos a nuestros hijos, y a toda la generación, y
descendencia en el camino del Señor. "Instruye al niño en su
camino; y aun cuando sea viejo no se apartará de él" (Salmo
145:18)
Nunca
los padres lo habíamos tenido más fácil para enseñar a nuestr@s
hij@s valores humanos que son cristianos, como el orden, la
austeridad, la paciencia, la comprensión, el perdón o el amor. Pero
también la relación con Dios. Es un momento para inculcarles la
cercanía con Dios, siempre presente.
De
esta crisis sanitaria podemos extraer lecturas positivas, como la
posibilidad de morir con Cristo para luego resucitar junto a Él. O
sea, renunciar a nosotr@s mism@s, lo cual es antecedente de la cruz,
para luego permanecer con Cristo crucificad@s; de tal manera que él
sea quien tenga vida en nosotr@.
Si
vivimos este tiempo en oración, con alegría, buen humor, espíritu
de generosidad, pendientes de los demás e incorporamos a Dios en
nuestras vidas, resucitaremos pese a las dificultades.
©
Jaume Ferrer – [15 de Abril de 2020 | 07:05 hrs]

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