Hoy me he levantado triste, cansado y embargando por una profunda soledad. Desconozco el motivo, porque en los últimos tiempos he visto la mano de Dios bendiciéndome en todo a pesar de los problemas y las circunstancias.
Hoy la tristeza no me deja disfrutar del gozo que siente mi alma y mi corazón por todo lo que el Señor me ha dado.
Meditando y consultado en la palabra de Dios, he leído el pasaje de Josué 1:1-7. Después de esto he reconocido que cuando los problemas llaman, debo llamar a Dios que esta siempre con nosotros. Esto es una gran bendición para los que tenemos fe y creemos en su palabra.
Tu al igual que yo atravesamos a lo largo de nuestra vida por diversos problemas. La gran mayoría nosotros mismos somos los que los hemos creado. Otras veces nos viene añadidos por alguna circunstancia.
En el pasaje vemos a un Josué que debía afrontar un horizonte con problemas, pero también vemos a un Josué que tenía "una profunda fe" en el Seńor.
También vemos como Dios bondadosamente le recuerda a Josué y a nosotros también que "su presencia nos ayudara a ser valientes".
Dios nos promete como lo hizo a Josué que "no te dejaré, ni te desampararé".
Puede que estemos pasando por problemas familiares, de salud, se trabajó, financieros, matrimoniales, entre otros; pero es gratificante saber hoy, que como hijos de Dios, que Él está siempre con nosotros.
Puede que nosotros hayamos sido los causantes de esos problemas o puede que sea por las circunstancias, pero debemos recordar que "nuestras costumbres sean sin avaricia, contentos con lo que tenemos ahora; porque Él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es quien me ayuda; no temeré lo que me pueda hacer el hombre".
(Hebreos 13:5-6)
Pido al Señor me quite esta tristeza que no me deja disfrutar del gozo de las bendiciones que Él me da, y le doy gracias por ser Él quien me sustenta y guía.
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